Especial F1 en Valencia: Paella y horchata

Hemos hablado de restaurantes, de tiendas…ahora toca hablar de tópicos; paella y horchata, una gastronomía resumida en dos palabras. No voy a insistir ni a obligar a nadie a probar ambas cosas, como suele o solía hacer Paula Vázquez con cada invitado internacional de Fama. «Try the paella! Try the paella!» clamaba a gritos en lo que ella supongo que llamará inglés.

No soy fan de ninguna de las dos cosas (ni de Paula Vázquez, claro está), pero sí lo soy de conocer la gastronomía típica de cada lugar que visito, con lo cual diría que no está de más comerse un buen arroz y beberse una horchata bien fresca. Arrocerías y horchaterías hay muchas, desde luego, pero no nos vayamos a pensar que todo el monte es orégano.

Las arrocerías más típicas y con más solera de la ciudad diría que son La Marcelina y La Pepica, situadas ambas en el Paseo de Neptuno en la playa de las Arenas (en la foto) junto con otros tantos restaurantes como La Rosa o L’Estimat, también bastante típicos. Y es que, puestos a seguir con tópicos, el mejor emplazamiento para comerse una paella es la playa. Los más innovadores puede recurrir a lugares como Tapelia con sus variados arroces, todos ellos más que aceptables.

Dentro de todas estas arrocerías típicas yo me quedo con La Marcelina, aunque en cualquiera de ellas se puede encontrar un buen arroz. Pero bueno, partiendo de la base de que a mí la paella valenciana de pollo, conejo y verduras no me hace especial gracia, me gusta La Marcelina por todo lo que no es la típica paella, sobre todo destacaría el Arroz Marcelina, que se asemeja mucho al arroz a banda. Además, sus entrantes tampoco están nada mal; chopitos, clóchinas, bonito con padrón…y bastantes más. Y para acabar, lo mejor es la naranja Marcelina, para seguir con productos típicos.

El problema de La Marcelina y de la mayoría de los restaurantes de la zona de las Arenas es que son enormes…y llenan, con lo cual el follón provocado básicamente porque aquí en Valencia la gente es muy de hablar a gritos, es bastante desagradable, al menos para mí. Por eso mejor recurrir a la terraza. Y sobre todo, mejor reservar antes que ir a modo de improvisación.

Dicho lo institucional, ahora viene lo de cosecha propia. A mí, como dije tres líneas arriba, lo de comer con gente hablando a gritos de fondo me molesta bastante, además, tampoco me gusta en exceso la decoración típica valenciana. Ya saben, cuadros que recuerdan a Sorolla y barracas por doquier. Con lo cual, mi propuesta es el restaurante L’Eriço, también en el Paseo de Neptuno.

En L’Eriço el mobiliario y la decoración en general se aleja bastante de la decoración propia de este tipo de restaurantes. Más bien tira más hacia un ligero minimalismo…con unas sillas realmente cómodas, cosa que se agradece bastante. Además, su tamaño es bastante más reducido que el de La Marcelina por ejemplo, y si a eso le añades que las mesas están bastante más dispersas, el ambiente en muchísimo más agradable. Paella de pollo o de marisco exquisita, y entrantes algo más modernos aunque sin despreciar los clásicos, destacaría las «patatas bravas», por ejemplo.

Dicho lo propio de la paella, pasemos a la horchata. Si le preguntas a cualquier valenciano donde beber una buena horchata automáticamente y sin dejarte acabar la pregunta te dirá Alboraya. Paula Vázquez supongo que diría «go to Alboraya! Go to Alboraya!» haciendo aspavientos. El caso es que Alboraya no es una horchatería gigante, es un simple pueblo al norte de la ciudad a unos 10 minutos en coche que está plagado de horchaterías.

Las horchaterías más famosas de Alboraya diría que son Panach y Daniel. Como Coca-Cola y Pepsi, ambas son tan queridas como odiadas. Yo sólo he estado en Daniel principalmente porque es la primera que te encuentras yendo con coche, y es que está nada más entrar al pueblo, concretamente en la Avenida de la Horchata. No es broma.

Es enorme y en verano se pone a reventar de gente. La horchata, aunque no es la mejor que he probado, está fría y comple su función, aunque más que la horchata en sí lo que destaca de Daniel es la bollería. En este aspecto sí que me debo quitar el sombrero, no he estado en ninguna horchatería que iguale a ésta.

Ahora bien, aunque esté relativamente cerca, salir de la ciudad para beberse un vaso de horchata puede que no compense demasiado. Aunque seguramente compense más que indigestarse con cualquier agua sucia de algún puestecillo callejero, eso sí. Por eso propongo una alternativa a Daniel sin salir de la ciudad, y encima con una horchata bastante mejor.

Apunten; Venecia Panal, en la Calle de la Reina 71, en la zona del Cabanyal, cerca de los restaurantes anteriormente citados. No es excesivamente grande, pero la horchata es la mejor que he probado, sin duda alguna. La oferta de bollería no se acerca a la de Daniel, pero la horchata es infinitamente mejor. Bueno, sus fartones artesanos también son dignos de mención. Sus helados artesanos también son más que destacables.


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  1.   juegos rol online dijo

    Que gran ciudad valencia!!!!! y gran circuito, espectacular, aunque el año pasado por motivos me perdi la carrera en directo xD saludos buen blog!