Exfoliación, un básico antes de tomar el sol

Lo podemos llamar de muchas formas, exfoliante, gommage, peeling, pero sin duda es uno de los cuidados básicos para el rostro de los hombres que más gusta. Es un simple gesto de limpieza facial intensiva con el que se consigue dejar la piel totalmente limpia de impurezas y dispuesta para hidratarla y que el producto de tratamiento penetre mucho mejor.

La exfoliación ayuda a que la piel tome mucho mejor el sol y de forma más eficaz este verano. Seguramente, durante el invierno hayas tenido este aspecto más olvidado, y por eso es fundamental que para eliminar todas las células muertas y dar ese toque de rejuvenecimiento de la piel, comiences a prepararla con una exfoliación.

¿Por qué el exfoliante es fundamental en la rutina de limpieza facial?

El exfoliante o el peeling, es una crema o un gel que contiene partículas exfoliantes en su fórmula, que al contacto con el agua y sobre el rostro, hacen ese efecto de «arena o sal» y arrastran toda la suciedad que tenemos en la cara. Cuando tocamos el exfoliante, la sensación es igual que si tocáramos arena fina, pues bien, esta «arena» elimina las capas de células muertas de la piel, dejando el poro limpio y las imperfecciones a raya.

Utilizando el exfoliante como base de la limpieza facial dos veces a la semana, bajo la ducha y con un pequeño masaje para que penetre mucho mejor, conseguiremos que esas capas muertas se despeguen de la piel y que las células se reactiven para recibir nuevos productos de hidratación.

¿Qué tipos de exfoliantes podemos elegir?

Básicamente en el mercado encontramos dos tipos de exfoliantes, los físicos y los químicos.

  1. Los exfoliantes físicos son aquellos que funcionan cuando la acción de exfoliar la hacemos nosotros mismos a través de la fricción del exfoliante sobre la piel. Esas partículas arrastran la células muertas de nuestro rostro.
  2. Los exfoliantes químicos contienen ingredientes que directamente eliminan las células muertas con el simple contacto con la piel. Hay que utilizarlos con precaución y poniéndote siempre en manos de un especialista que te aconseje que tipo de producto químico es el más adecuado para tu piel.

¿Cómo debo aplicar el exfoliante?

Es fundamental que entiendas que el gesto de exfoliar la piel, no debe ser nunca un gesto agresivo. Para realizar una exfoliación correcta, es fundamental que siempre tenga las manos, las yemas de los dedos y la piel, húmedos. No frotes con fuerza, porque sino, solo conseguirás enrojecer la piel. El masaje que te realices, debe ser suave y frotarte todos los rincones del rostro y del cuello detenidamente durante unos 5 minutos para que el producto penetre y limpie adecuadamente. Pasado este tiempo, enjuaga tu rostro con abundante agua tibia para retirar los restos. Enseguida notarás la piel mucho más fina y suave, además mejorarás su capacidad de absorción, regeneración y oxigenación.

Una vez que tengas la piel lista tras la exfoliación, ya estará preparada para absorber mejor el tratamiento hidratante diario que te apliques.

Como consejo, no tomes el sol directamente justo después de una exfoliación. Es fundamental que esperes unas horas para que la piel reponga sus defensas naturales.


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